Vigilancia
epidemiológica ininterrumpida ha sido clave para controlar la malaria en
Portuguesa
Este 25 de abril se conmemora el Día
Mundial para la prevención de esta enfermedad, y el equipo estadal de salud
muestra fortaleza para combatirla
GUANARE/
PRENSA
MPPS / JUANA INÉS MOLINA![]() |
El coordinador de Salud Ambiental destacó la
participación comunitaria para controlar la malaria
|
La
disponibilidad de visitadores rurales a tiempo completo ha sido crucial para el
control de la malaria en Portuguesa, estado llanero que en los últimos siete
años ha enfrentado dos brotes de la enfermedad transmitida por el mosquito anopheles.
Orlando
Rojas, coordinador encargado de Salud Ambiental en la entidad, explicó que
ambas situaciones fueron consecuencia directa de la llegada de casos importados
de otros estados del país, procedentes de los estados Bolívar y Amazonas.
“No
hemos registrado ningún caso autóctono, sólo casos importados. No obstante, se
mantiene la vigilancia activa en todo el estado, principalmente en los
municipios Guanare y San Genaro, que son las localidades en las que se
produjeron los últimos brotes”, indicó el funcionario.
Además
de la identificación de los casos por observación clínica y exámenes de
laboratorio, los funcionarios de Salud Ambiental se dedican a la eliminación
del mosquito transmisor de la patología, con actividades de nebulización y
rociamiento casa por casa en las comunidades en donde se reportan las
incidencias.
“Es
un trabajo constante, que semana a semana nos lleva a visitar las comunidades
para verificar la condición de los habitantes y controlar la presencia del
zancudo”, indicó Rojas.
Casa por casa
Quincenalmente,
las cuadrillas completan la visita de unas dos mil viviendas dispersas en
treinta y nueve caseríos. Según un papel de trabajo de la demarcación Guanare,
esto se debe a que la intención es bajar la ocurrencia de casos y frenar el
posible contagio.
Recordó
Rojas que el mosquito anopheles, con condiciones de viento favorables, puede
recorrer hasta 5 kilómetros de distancia volando, por lo que el control químico
debe ser completo en cada comunidad y ha de realizarse cada cuatro meses.
De
vital importancia resulta también la participación comunitaria, pues los
ciudadanos mantienen informado al equipo de salud sobre las incidencias que se
generan en cada localidad.
“Es
la propia comunidad la que alerta sobre la presencia de algún caso febril y
gracias a la información que reciben de parte del equipo de salud, pueden
determinar si pudiera tratarse de un caso de paludismo”, comentó el coordinador
portugueseño.
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